
La franquicia se ha alzado como uno de los modelos de negocio que mejor ha resistido los efectos de la pandemia del coronavirus, así como la posterior crisis inflacionista, que todavía nos asola, tras el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha provocado un aumento generalizado de los precios en productos y servicios energéticos para los establecimientos. A pesar de la situación, según la Asociación Española de la Franquicia (AEF), las 1.375 empresas franquiciadoras presentes en España cerraron 2022 aumentando su facturación con respecto a 2019 en un 2,9%, al pasar de los 26.154,3 millones de euros registrados a finales de 2019 a los 26.929 millones facturados al cierre de 2022.
A su vez, otro dato relevante es que la franquicia sigue siendo un modelo de negocio generador de empleo, puesto que en 2022 daba trabajo a 303.595 personas, por las 294.231 que empleaba en 2019, lo que equivale a un incremento del 3,18 %.




ambas partes ya que, la empresa puede continuar con su crecimiento en los distintos territorios y da la oportunidad a trabajadores que cumplen con los criterios de selección antes mencionados. Además, en algunos casos, estos perfiles tienen una reducción en sus cánones para ayudarles a comenzar esta nueva aventura.
Que los trabajadores quieran abrir su propio establecimiento es “bastante habitual”, nos cuenta Mariano Alonso, socio director general de mundoFranquicia, “y, de hecho, es una acción que la empresa franquiciadora hará bien en potenciar”, ya que los trabajadores cuentan con la experiencia y conocimientos de la marca y su estructura interna. “Se trata de una buena fuente de posibles franquiciados que la empresa tiene en casa”, dice Mariano.